Hace unos años leí un artículo genial del prestigioso Paul Graham . En dicha reflexión se explicaba la conexión directa entre la ciudad y el alma de San Francisco con todo lo que se mueve alrededor de la innovación o emprendizaje en la zona de Silicon Valley. Y es que Graham no se ceñía en los típicos ejemplos de éxito con los Google o Facebook de turno. No soy nadie para decir si tiene razón o no, pero es cierto que analiza diversas causas antropológicas, sociales e intelectuales para tratar de entender el porqué allí y no en otro lugar.
A partir de aquel texto llegué a otros que daban especial importancia a aquello de no olvidar que San Francisco siempre ha sido una ciudad abierta, transgresora y cosmopolita pionera en muchas cosas que transcienden más allá del mundo de los negocios. Una personalidad propia que viene ya desde los tiempos de los pioneros y que se veía catapultada a partir de la eclosión mundial con los movimientos estudiantiles de la década de los 60. La impresión de mi estancia en San Francisco va ligada al alma progresista , joven y abierto de esa Universidad de Berkeley . Creo que esa actitud siempre ha impregnado parte de la ciudad y va acoplado a un liderazgo académico y emprendedor que comparte con la otra gran institución académica: La Universidad de Stanford.
En los últimos tiempos hemos tenido en nuestro país una desafortunada etiqueta para crear nuevos Silicon Valley como si eso fuera cosa de crear edificios y que surgieran empresas de éxito por arte de magia . Como viene siendo habitual, la demagogia de nuestros políticos y administraciones no tiene límites , rozando casi siempre un atrevimiento lleno de ignorancia al querer replicar hasta el mismo apellido de Valley. La propia naturaleza de querer crear esos escenarios imposibles siempre me ha parecido una falta innata de autenticidad y de inteligencia. Y es que muchas veces ( o casi siempre) en nuestras latitudes nos empeñamos en empezar las casas por el tejado. Ya se sabe esa desagradable costumbre de construir edificios ( donde muchas veces las Wifi no son libres para los visitantes) burocratizados por escalas jerarquizadas donde todo se pretende medir y apenas hay transferencia de conocimiento entre Universidades y Centros Tecnológicos con empresas y la sociedad en general.
Parece natural reflejar Silicon Valley como una meca del emprendimiento, pero actualmente empiezan a oírse voces de personas que demandan que no se pierda la perspectiva de que se empiezan a democratizar muchos otros lugares. Es imposible replicar el ecosistema natural y particular que gira entorno a San Francisco y a toda la zona de Silicon Valley, son unos condicionantes de décadas. Pero en los pasados años se ha visto dentro de Estados Unidos como mucha gente habla de Seattle, Nueva York, Chicago o Las Vegas , pues han sido ciudades elegidas como el lugar de empresas líderes en Internet como son Amazon, Groupon o Zappos.
En Europa ha sido constante en los últimos años un aumento notable de ciertas capitales. Hace unos meses un artículo en la revista Wired me llamaba la atención y reflejaba un auge imparable de start ups en ciudades como : Barcelona, Berlín, Tallin, Helsinki, París, Amsterdam , Londres, Estocolomo o Tel Aviv. Todo ello obviamente va haciendo cambiar ciertos paradigmas y obliga a pensar no tan sólo en esos espacios urbanos, sino en que ahora mismo hay miles de proyectos de start ups que surgen en cualquier parte del mundo.Incluso hay referencias en nuestro país a comparaciones de start ups entre Barcelona y Madrid .
La propia idiosincrasia sin fronteras de Internet parece que va a poder permitir crear proyectos de éxito en sitios alejados de la meca californiana y de ciertas capitales. Hay en todo esto un gran abanico de matices, condicionantes , sin olvidarnos de la facilidad ( o dificultad) para encontrar financiación, capital humano o el poder crear en un unos entornos u otros.
Conversando varias veces con Igor Calzada me he empezado a interesar por todo eso de las ciudades y sus relaciones con ciertas realidades socioeconómicas. Debido a mis inquietudes y a los viajes por el mundo siempre he tratado de intentar ver las ciudades con unos ojos que acoplen la visión global con la mirada local. A todo lo citado en el post creo que hay coplar sin duda las nuevas realidades y ciudades de los países asiáticos.Y es que parece lógico pensar que hoy en día ciudades como Bangalore o Shanghai son parte fundamental de ese mundo global e interconectado.
Amigo Ivan:
De SF me viene este extracto más de tipo vital y experiencial, que académico y científico.
http://www.igorcalzada.com/urban-innovation-san-francisco-bay-area-workshop-experience
Dos canciones, dos cantantes, que las asimilo con dos ciudades:
M.Eitzel SF y E.Veeder con Seattle.
Con lo que observas, decirte que efectivamente estamos en el boom del paradigma del Smart Cities…Aspecto que hace mucho tiempo vengo rebatiendo. Pero para ello hay que crear redes de exploradores urbanos al servicio de la academía, y que la academía sepa convertirlo en proyectos. Valor y autenticidad, que no engaña a nadie. Valor que es lo que está haciendo liveable cities, por encima de cualquier tipo de cliche ó brand.
Y en mi querida Euskadi/Euskal Herria…Euskal Hiria…
http://www.igorcalzada.com/download-here-basque-city-euskal-hiria-book-executive-summary
¿Qué te voy a decir? Menos valleys…Y más conectvidad social…
Ps:
¿No nos perdemos demasiado en los «valleys»?
Bueno desde Oxford, UK.
con cariño, bskd1.
Gracias amigo Igor
La verdad que el tema de querer replicar o imitar los Valleys ha sido siempre bastante contradictorio. El tema de las smart cities que comentas parece que agua lleva el río pero igual se empieza a sobre explotar y a generalizar, llegando en muchos casos a agotar la palabra o incluso ( lo que es más grave) a meter en sacos a proyectos que no lo son.
Un abrazo