Los cambios y realidades que ocurren en China empiezan a afectar directamente de lleno al resto del mundo .Durante la pasada década estamos experimentando el aumento de la demanda de alimentos debido a la nueva e incipiente clase media china. El país asiático está pasando de ser la fábrica del mundo a un consumidor voraz de todo, y los alimentos no iban a ser menos.Al estar hablando del país más poblado de la Tierra la consiguiente incorporación de millones de personas a la clase media lleva consigo el aumento en la demanda en productos alimentarios básicos como son los cereales, la carne, las frutas y hortalizas o la leche. Y obviamente China no puede producir lo que su población demanda, de modo que debe encontrar alimentos en diferentes partes del mundo. Por otro lado millones de agricultores chinos han ido abandonando las zonas agrícolas en áreas rurales para vivir en las ciudades y trabajar en el sector manufacturero.
Durante los pasados meses se han repetido escándalos y crisis alimentarias de primer orden en China. Por un lado el caso de los miles de cerdos arrojados al río y que llegaron a Shanghai supusieron que uno se preguntará sobre el tipo de país que empieza a marcar la pauta del mundo. El otro caso reciente ha sido muy comentado :el escándalo de la carne de rata que era vendida como cordero. Pero estos casos no son nada nuevo, vienen a ser una constante que se repite con cierta regularidad en el gigante asiático.
Hace años el escándalo que ocupaba los titulares de medio mundo fue el de la leche en polvo contaminada, entre medias cientos o miles de personas infectadas, y varias decenas de niños muertos.Ante tal panorama el Partido Comunista chino ha ejecutado a algunos responsables y otros están siendo juzgados. Ahora parece que el tema de la la seguridad alimentaria es una prioridad para la población china, y por ello el gobierno empieza a tener en ese ámbito una de sus principales prioridades a corto plazo. Hoy en día la clase media china tiene un constante miedo a la leche contaminada lo que provoca una alta demanda de leche en polvo que está haciendo que los mercados se tambaleen ante la escasez.
El cambio tan rápido que está experimentando China está haciendo que se pase del cuenco de arroz a los supermercados repletos, pero entre medias hay cientos de eslabones de buenas prácticas que son ignorados. Creo que esa falta de ética y la actitud del todo vale empieza a verse regularmente en China y afecta a la seguridad en el consumo de los productos alimentarios. Eso es algo que les costará años cambiar para intentar adquirir unas pautas de comportamiento éticas y seguras que a fin de cuentas van a repercutir en la salud de sus ciudadanos. Estamos viendo pues una notable diferencia entre aquello de ser la fábrica del mundo y lo de producir o manufacturar alimentos.
China se encuentra ante varios dilemas, por un lado, sus conglomerados empresariales agroalimentarios extienden sus tentáculos por el mundo. El conglomerado de cereales COFCO adquiere tierras en medio mundo y cierra acuerdos comerciales de abastecimiento con Brasil y Argentina en el tema de la carne. Por otro lado la reciente compra de la norteamericana Smithfield Foods por la empresa china Shuanhui ha repercutido directamente en la empresa española Campofrio. Ese movimiento empresarial de primer orden ha resultado la mayor compra de una empresa china en Estados Unidos y hace que China se asegure un posicionamiento fundamental en el sector cárnico mundial.
Entre todo ello China y el tema de comprar tierras de cultivo en países africanos y en América Latina , uno de los grandes asuntos olvidados a nivel de geopolítica. Y es que si la energía fue tremendamente vital en las pasadas décadas, todo augura a que con el aumento de la población mundial, los recursos alimentarios y el agua serán vitales. La alimentación de la población de China ya nos afecta a todos y las repercusiones de ello van a marcar el siglo XXI.
El futuro nos va a ir diciendo lo que aguarda a China y también al resto del mundo….