Hace unas semanas se publicaba en The Economist un gran reportaje sobre el denominado » Sueño chino« . Durante las últimos meses ha ido en aumento la presencia en internet del término que fue acuñado por el prestigioso Thomas Friedman. Lo que parece bien claro es que los cambios tan rápidos que estamos viviendo en estos tiempos empiezan a hacer girar el prisma desde el que se ven los países. El evidente nuevo liderazgo de China como potencia económica marca ya de lleno cualquier ámbito de la economía y del mundo en el que vivimos. El antiguo país que alumbraba al mundo con conocimientos, con el papel o la seda empieza a marcar parte del paso que se va a andar en el presente siglo XXI.
No obstante y a pesar del incuestionable potencial de China son no pocos los interrogantes al hablar del gigante asiático, tanto a nivel social como político. Y a nivel económico uno siempre se pregunta si el actual ritmo de crecimiento va a poder seguir manteniéndose durante décadas.
El sueño americano fue citado por primera vez en los años treinta, pero tras la Segunda Guerra Mundial empezó a tomar fuerza y a ser un hecho real.El auge de la clase media y sobre todo el ser Estados Unidos un país de oportunidades y acogida de emigrantes desde su fundación han ido marcado el liderazgo norteamericano a nivel global.
Pese a un cierto declive y a los incontables problemas de Estados Unidos , no debemos olvidar que sigue siendo real para mucha gente aquello del American Dream. Y en cierta forma es el país al que mucha gente aspira para desarrollar sus empresas, sus innovaciones, además de para estudiar al contar con las mejores Universidades del mundo.
La posible decadencia del liderazgo yankee y su sistema debido entre otras cosas a temas financieros o a aventuras bélicas está haciendo que el mundo vuelva a ser multipolar. Pero creo que debemos considerar que estamos en una época de cambios donde es muy complicado hacer predicciones a medio y largo plazo. La realidad de China y sus avance es algo evidente, aunque siempre tiene muchas luces y sombras, no solamente hay que fijarse en el crecimiento de su Producto Interior Bruto o en los resultados de sus exportaciones. A nivel político, social y ambiental es donde salen muchas de las dudas del supuesto sueño chino y de si es sin duda toda una bomba de relojería.
La situación actual en lo que corresponde a economía empieza a mostrar un nuevo liderazgo asiático, que no obstante tiene muchos interrogantes y matices. Y es ahí donde China entra con fuerza debido a su papel dominante en la nueva realidad global. Cualquiera que haya viajado a China puede darse cuenta de la evolución del país, de su modernización, de sus infraestructuras, de sus avances y del haber sacado a cientos de millones de ciudadanos de la pobreza para incorporarlos a la clase media. Todo eso son hechos incuestionables, pero también al estar en China uno se ve lleno de dudas, de preguntarse si ese ritmo es sostenible y de si puede llevar a China y al mundo por buen camino.
Pese a todos esos nuevos sucesos que hablan de la boyante China hay muchas interrogantes sobre el país. El liderazgo chino a nivel mundial ya es notable, pero su sociedad y realidad tiene múltiples problemas que de forma directa van a influir sobre ese supuesto Chinese Dream.
Algunas de esas dudas son personales y las reflejo aquí a groso modo:
- Dictadura y ausencia de libertades: La sociedad china como tantas sociedades asiáticas difiere notablemente en Historia y en estructura de las estructuras democráticas occidentales. El Partido Comunista controla no solamente el Estado, también lo hace de muchas grandes corporaciones. Una de las grandes diferencias con Estados Unidos y Europa radica en eso. Libertades de expresión, de prensa, de asociación, de internet y tantas otras son una quimera en el gigante asiático. La forma en que ese sueño chino se pueda cumplir parece que si va teledirigido por el Partido Comunista va a seguir la pauta del pasado: ignorar la necesidad de libertad del pueblo chino. La URSS y su caída difiere notablemente de China, pero el mantener un sistema autoritario de forma constante lleva a plantear muchas preguntas y dudas sobre el futuro.
- Liderazgo no imitado: A diferencia de lo que ocurre con Estados Unidos, muy poca gente quiere parecerse a China. Queramos o no , el estilo norteamericano ( quizá promovido desde Hollywood )ha ido marcando el carácter del mundo ( no solamene el occidental). Cualquiera que viaje se dará cuenta como muchos jóvenes del mundo siguen viendo a América como su meca particular, el lugar al que intentar ir para estudiar o para emigrar.
- Poca mezcla y diversidad: La sociedad China se diferencia notablemente de aquel American Dream en el que se acogía a ciudadanos de todo el mundo. La cantidad de extranjeros viviendo en china resulta mínima si la comparamos con la de cualquier país occidental. A pesar de que la globalización marca el ritmo de la economía en China es curioso como sigue siendo una sociedad hermética y donde no existe ni por asomo la diversidad que hay en ciudades como Nueva York, Londres o Berlín.
- Incertidumbre geopolítica: Debido a los constantes cambios que están ocurriendo en nuestro mundo es tremendamente complicado aceptar las verdades absolutas que nos muestran las proyecciones de futuro. Saber si el Partido Comunista va a mantenerse de forma indefinida en el poder es una gran incógnita, pero también lo es saber si algún conflicto va a desencadenar hechos impredecibles.
Son simplemente algunas reflexiones que quería compartir sobre un país y una realidad que me fascina.