Durante los pasados años he escrito varias veces sobre la expansión de multinacionales agroalimentarias asiáticas, un movimiento que va liderado principalmente por grandes empresas chinas como son COFCO , Bright Food o WH Group. A dicho listado debemos añadir la reciente compra de la empresa Chemchina sobre Syngenta,una operación comercial por la friolera de 40 billones de euros.
Todas esas corporaciones chinas han entrado de lleno en el top mundial de sus respectivos sectores y parece evidente que la tónica va a continuar durante los próximos años.
En otros sectores empieza a verse como habitual el que empresas asiáticas salgan a comprar empresas de pàíses occidentales, y como ya publiqué hace unos días, incluso hay empresas chinas que se van a fabricar a Estados Unidos.
En España quizá de momento no hay tantos casos de renombre, pero también hemos sido testigos de algunas adquisiciones: Miquel Alimentació pasaba a ser parte de la propia Brigh Food o la conservera Albo se convertía en parte del grupo chino Shanghai Kaichuang.
No hace mucho, las estructuras del Management y la internacionalización se vieron alteradas y sacudidas cuando empresas chinas e indias adquirieron parte de empresas occidentales simbólicas y de renombre: Lenovo se hizo con la parte de ordenadores personales de IBM , Geely compró Volvo o la india Tata compraba las legendarias Land Rover y Jaguar.
Hace unos días he visto dos interesantes noticias al respecto de la expansión de empresas agroalimentarias asiáticas. A primera vista pueden parecer solamente rumores, pero quizá en unos meses puedan convertirse en realidad. Las dos noticias sobre las potenciales adquisiciones fueron: 1) la empresa filipina Jollibee con interés sobre la británica Pret a Manger y 2) la empresa láctea china Yili sobre Murray Goulbourn, la mayor cooperativa láctea de Australia. Sinceramente creo que el movimiento de Jollibee tiene más posibilidades de ser real, pues parece que la gran láctea global Fonterra va a intentar hacerse con Murray Goulbourn
Creo que al final debemos acostumbrarnos a realidades de este tipo, un mundo globalizado donde cada vez más Oriente mira a Occidente sin miedos ni complejos, un mundo donde una empresa de Manila puede comprar a una de Londres.
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