Durante mucho tiempo se hablaba de inteligencia en bruto e iba en función de los resultados que unos tests marcaban, luego fue Daniel Goleman quien nos habló de varios tipos de inteligencia y de la importancia vital que tenía eso de la inteligencia emocional. Durante los pasados años oí varias veces a Josu Ugarte hablar de la importancia vital de la multiculturalidad para abordar la internacionalización de empresas en un mundo cada vez más globalizado. Todo ello me ha ido haciendo reflexionar en los pasados meses acerca de esa inteligencia multicultural de la que nadie habla pero que uno va adquiriendo tras numerosos viajes y experiencias internacionales en el exterior.
Una forma de inteligencia que permanece oculta, pero que sin duda adquiere cada vez mayor importancia al abordar la realidad del mundo que hay fuera de nuestras fronteras.
Parece claro y evidente que el mundo ha cambiado enormemente en las dos pasadas décadas. El mundo se ha hecho cada vez más pequeño y nuevos países emergentes compiten con nuestras empresas en un entorno globalizado.
Por ello, hemos visto como hemos pasado en una generación de una realidad con cambios lentos y locales a vivir en un mundo rápido y global. Pese a esas nuevas realidades uno puede observar como muchas actitudes y formas de hacer siguen estancadas con unas pautas más propias del siglo pasado.
Es evidente que tanto los centros educativos como las empresas y obviamente las personas se mueven cada vez más en unos entornos que van ligados a los ambientes internacionales. Pese a los cambios globales del mundo, es curioso como muchas de las miradas que se realizan en centros educativos y empresas siguen movidos por un provincianismo latente. En España lo cierto es que no es demasiado sencillo encontrar visiones globales en las aulas, ni en las del colegio ni en las de las universidades. El conocimiento ( e interés) por el mundo exterior apenas existe más allá de cuatro temas típicos que se estudian en ciertas asignaturas.
Probablemente la primera toma de contacto con el mundo debería ser en los centros educativos, fomentando el interés por lo que hay ahí afuera, tanto en gentes como en culturas. Todos sabemos de las deficientes miradas al exterior que tenemos en nuestro país, donde a mucha gente le cuesta salir fuera y solamente lo hacen cuando es por necesidad imperiosa. Dentro del mundo educativo hay que citar positivamente el liderazgo que tienen las prestigiosas escuelas de negocio de élite de nuestro país, que cuentan con entornos multiculturales con alumnos de todo el mundo.
En mi caso y debido a mis viajes por el mundo siempre he visto el mundo como un espacio abierto lleno de oportunidades. Los viajes me han educado en una actitud abierta y multicultural que intento aplicar en mi carrera profesional Salir al exterior y vivir fuera ayudan a abrir la mente y dan tanto unas habilidades como unos recursos internacionales que no se enseñan en ninguna universidad . Sin duda, todo ello es algo cada vez más necesario para abordar un mundo cambiante.
Por todo ello se necesitan cambiar muchas formas de hacer y de mirar para entender el mundo en el que vamos a vivir durante el presente siglo XXI. La inteligencia de saber moverse en entornos globales y multiculturales va a ser algo cada vez más importante para abordar el futuro.