Cuando estaba terminando Agrónomos, recuerdo haber hablado con mi tutor del proyecto fin de carrera sobre el papel de la agricultura en el siglo XXI. No recuerdo cómo empezó aquella charla, pero hablamos de temas como los subsidios que Europa y Estados Unidos daban a la agricultura, la complejidad de la soberanía alimentaria, el comercio internacional de alimentos y las tierras de cultivo. Mi profesor gozaba de mucha experiencia internacional y con buen juicio me habló de cómo la agricultura y las tierras de cultivo también tenían un enorme peso en la geopolítica y en conflictos. Ayer recordé aquella charla tras terminar el extraordinario libro Full Planet, Empty Plates de Lester R. Brown.
Estudié Agrónomos por vocación, una mezcla curiosa que giraba entorno a las raíces con las explotaciones ganaderas lácteas de mi Asturias natal y el interés por la alimentación y la agricultura a escala global.
Es evidente que la gente asocia los recursos energéticos como el petróleo a la geopolítica, pero no todo el mundo es consciente del papel que los alimentos (y el agua) tienen en la estrategia de las naciones. Por citar un ejemplo reciente, las protestas de la Primavera Árabe tienen una fuerte conexión con el aumento del precio de los cereales.
Hoy en día, países como China, Arabia Saudí. Emiratos Árabes o Corea del Sur tienen estrategias internacionales para tener acopio de alimentos.
Cada año, la población mundial aumenta en unos ochenta millones de personas. El aumento de temperaturas provocado por el cambio climático hace que las cosechas varíen sustancialmente cada año, provocando con ello una gran oscilación de precios y posibles revueltas sociales con consecuencias políticas. La variación en el precio de los cereales no es un problema de primera magnitud en países como Estados Unidos (o Europa Occidental) ya que su población destina alrededor del 10-20 % de sus ingresos a la cesta de la compra. En cambio, el aumento del precio de los cereales resulta dramático en países pobres y en desarrollo, donde una gran parte de la población dedica entre el 75-80 % de sus ingresos a comer.
Para muchos analistas, en el año 2050 la población mundial será de 9000-10.000 millones de personas, y por ello el siglo XXI será una etapa de fuerte competición por el control de tierras y recursos hídricos. En definitiva, estamos inmersos (aunque no somos consciente de ello) en un ciclo donde la geopolítica de la comida y del agua será cada vez más importante.
Para poner un poco en perspectiva, la población mundial era de 1000 millones de personas a principios del siglo XIX, en la década de 1920 éramos 2000 millones y en 1960 ya había 3000 millones de habitantes. Son datos que no parecen impresionar, pero el salto exponencial comienza a partir de los años 60, a partir de ahí, cada trece años la población del planeta se incrementaba en 1000 millones de personas.
A continuación me gustaría reflejar algunos datos del libro que me han parecido muy destacables:
- Entre los crecimientos de población esperados para 2050, hay que proyectar que entre India-Pakistán y Bangladesh van a tener unos 2200 millones de personas, lo mismo que va a ocurrir en el África subsahariana, la cifra va a superar también los 2000 millones de personas.
- Países africanos muy poblados como Nigeria y Etiopía van a doblar prácticamente su población: De los actuales 167 millones de Nigeria se espera que llegará a los 390 millones en 2050 y Etiopía pasará de los 87 millones a los 145 millones.
- El consumo de carne se ha multiplicado por cinco en los últimos sesenta años: De las cincuenta millones de toneladas de la década de 1950 a casi trescientos millones de toneladas en la década de 2010.
- La mitad de la cabaña de porcino del mundo se encuentra en China: En los pasados meses, la peste porcina en China ha hecho estragos y ha provocado un aumento de precios de la carne cerdo en China y con ello ha alterado los mercados globales. La dieta de los animales tiene un alto contenido en soja y en maíz, por ello, la demanda de China es enorme y afecta de lleno a grandes productores de materias primas agrícolas como Estados Unidos, Brasil o Argentina. Datos de 2011 indican que China producía catorce millones de toneladas de soja anuales, pero su consumo era de unos setenta millones de toneladas, es decir, era deficitaria en cincuenta y seis millones de toneladas. Las inversiones de China en América Latina centradas en la soja son muy destacables, empresas chinas como COFCO O Chongqin Grain Group son solamente algunas de las más importantes.
- Los grandes cultivos del mundo son geo-estratégicos: cereales como el maíz. el trigo, el arroz y legumbres como la soja tienen una importancia clave en la dieta mundial, tanto para la población humana como para animales como las vacas, los cerdos o los pollos.
- Aumento de temperatura y su impacto en las cosechas: varios estudios indican que un aumento de un grado de temperatura durante la fase de crecimiento de los cultivos puede alterar hasta un 10 % el rendimiento de cultivos como el maíz, el trigo o el arroz.
- Compra de tierras en países africanos: países, fondos de inversión y grandes multinacionales están comprando tierras de cultivo en países como Etiopía, Ghana, Liberia, Zambia, Madagascar, Sudán o Mozambique. Además del bajo precio por la tierra, hay que reseñar las dosis de corrupción y las limitaciones en la legislación de dichos países. Muchas de las empresas invierten arrendamientos por décadas, algunos ejemplos son: 1) El conglomerado Sime Darby de Malasia alquiló tierras por más de sesenta años en Liberia para plantar aceite de palma 2) El conglomerado Al Ghurair Foods de loa Emiratos Árabes arrienda por 99 años tierras en Sudán. 3) Arabia Saudí creando el Institute for Saudi Agricultural Investment Abroad y con importantes inversiones en África.
- El agua como recurso: aproximadamente el 70 % del agua que se usa es para la agricultura. Los ríos, el deshielo de las montañas y los acuíferos tienen un papel clave en la producción de alimentos. El Nilo en Egipto, el Amazonas en América Latina, el Yangtze en China, el Missisipi en Estados Unidos, el Mekong en el Sudeste de Asia o el Indo en subcontinente indio son algunos de los ríos más destacables que afectan a la vida y a los cultivos de una gran parte del planeta.
Os dejo un vídeo del autor: