Hace varios años leí una extraordinaria frase de Kipling que decía aquello de que » La primera condición para conocer un país extranjero es olerlo». Desde entonces me ha acompañado esa reflexión mezclándose con mis viajes, mis proyectos y todas mis experiencias internacionales, tanto personales como profesionales. Todavía recién aterrizado de una semana trabajando por Rumania, vuelvo a sentir la importancia del ir, ver y estar sobre el terreno.
La necesidad de ello me resulta básico a nivel personal como viajero , pero también a nivel empresarial para los procesos de internacionalización y de apertura de nuevos mercados. Nada sustituye a la realidad de estar en el país y ver como se comportan sus ciudadanos, sus empresas y la compleja realidad social o cultural.
Siempre he desconfiado de los estudios de mercado, pues creo que el papel lo aguanta todo.En cambio soy un fiel defensor y creyente en eso del ir para entender, el denominado field research o investigación a pie de calle sobre el terreno.
La perspectiva personal o profesional varía obviamente debido a las diferentes búsquedas y necesidades, pero las miradas no difieren demasiado si te mezclas con la realidad. Esa es al menos mi visión y lo que trato de aplicar en mi caso. De sus aplicaciones directas con el viajaprendizaje, la inteligencia competitiva, la internacionalización o el cool hunting ya he hablado varias veces por aquí. Resumía perfectamente todo esto aquello el post del Curriculum oculto o aquel sobre el Go far, Stay long, See deep.
He leído muchos estudios de mercado internacionales, tanto de instituciones de la administración como el ICEX, pero también de consultoras internacionales de renombre. Y al final todas se quedan tremendamente carentes de contenido y de una profundidad más amplia, al menos en mi caso se me quedan tremendamente escasos y cojos para entender la realidad . Valen en algunos casos para una rápida imagen del país, pero se quedan tremendamente escasos en el contexto social, antropológico, cultural y empresarial . Y es muchas veces son precisamente esas cuestiones las que resultan básicas para aventurarse en las exportaciones o en las implantaciones internacionales en el exterior.
Cuando estuve viajando y trabajando en los proyectos de Trendtrotters ya me quedó bien claro de que los centros tecnológicos y de investigación hablaban de teoría anclados desde la seguridad y el conformismo de una oficina o despacho. Mis miradas y formas de hacer necesitan y creen firmemente en pisar el terreno, es ese field research ahora más necesario que nunca, algo tan necesario y vital para entender de verdad el mundo.
No seré yo el que diga que las administraciones y esos centros están equivocados en sus formas de hacer, pero si me queda claro que estar ceñidos solamente al trabajo desde una oficina es una gran lejanía del mundo real. Ya nos lo dijo John Le Carré con aquella otra cita memorable: » Un despacho es un lugar muy peligroso desde el que ver nuestro mundo…»