Durante las pasadas Navidades leí el libro China. La trampa de la globalización de Jean Mandelbaum y Daniel Haber. El libro es breve, tiene solamente 126 páginas y está agrupado en seis capítulos que nos sirven como aproximación a realidades pasadas y presentes de China.
A pesar de que es un libro corto, explica de forma amena y directa muchas cosas sobre China, tanto en lo social como en lo económico. En definitiva, una obra que me ha gustado mucho y que me dará para varios posts.
Hoy quiero dejar constancia de dos temas importantes que se citan a menudo en el libro: 1) la importancia del confucianismo y 2) el papel de la diáspora china.
En general, son dos temas que pueden pasar de largo en Occidente cuando se leen las noticias que llegan de Asia, pero sinceramente creo que son fundamentales cuando se mira a China y Asia Oriental en general, tanto a nivel económico como en la forma de ser y actuar de dichos pueblos.
A continuación comparto algunas de las notas que he subrayado en el libro en lo relacionado con el papel que tienen el confucianismo y la diáspora china:
- La visión confuciana de la sociedad sigue siendo el eje central de las costumbres chinas y asiáticas.
- La búsqueda del lucro es aceptable en una sociedad confuciana, y es justa recompensa al laborioso. Al igual que en el protestantismo, cuna del capitalismo. La búsqueda del lucro, aunque sea una de las manifestaciones del individualismo, no pone en tela de juicio el sistema, el orden establecido, al menos mientras la riqueza no se convierta en poder, o contrapoder.
- El confucianismo propone como valores esenciales el trabajo, la educación, el respeto a la sabiduría y la movilización de la voluntad, todo lo cual compone la dignidad del hombre.
- El trabajo organizado en redes de relaciones es propio de la mentalidad china, así como fuente de fiabilidad y confianza.
- Los valores fundamentales en Asia, es decir el culto a la educación, la capacidad para motivarse uno mismo en el trabajo, van unidos a prácticas sociales que privilegian la relación (guanxi) por encima de la competencia profesional.
- La célula familiar, las relaciones personales, las famosas redes de influencias (guanxi), forman la base de la creación de empresas.
- Los capitalismos de Taiwán, Hong Kong, Singapur, fecundaron el capitalismo chino.
- Los valores confucianos , recuperados gracias a la diáspora china tras haber sido redefinidos por el equipo de teóricos próximos a Lee Kwan Yu en Singapur, son los que han hecho posible la implantación y el éxito del capitalismo, primero en la periferia china y después en el país mismo.
- La búsqueda de la mejor educación posible está enraizada en el confucianismo y es, al mismo tiempo, un proyecto individual.
- El confucianismo está en todas partes, impregnando tanto lo político y social como lo económico.El confucianismo es la columna vertebral de todos los regímenes que ha conocido Asia oriental en general y China en particular.
- El confucianismo se adapta a la modernidad. Las cualidades que propugna esa tradición más oral que escrita (la virtud, la lealtad, el respeto a los demás, la educación, la solidaridad, la motivación, la comunicación de los saberes, etc) armonizan perfectamente con la economía actual, con el espíritu de la empresa, con la sociedad contemporánea.
- El espíritu emprendedor, promovido así a la categoría de valores positivos, fue transmitido en esencia por los chinos de ultramar, es decir por aquellos «primos» que huyeron del caos, de la miseria y del comunismo. Fueron ellos los conservadores de los valores tradicionales y chinos, y sobre todo del confucianismo, mientras alcanzaban el éxito material.
- Fueron los chinos de la diáspora los que fecundaron con sus capitales a la China de Deng, que precisamente buscaba también un nuevo equilibrio de valores «tradicionales/éxito material» que funcionase sin cuestionarse el poder del partido.
- El concepto de superpotencia se contempla como una idea occidental, una expresión de la competitivad que el individualismo occidental quiere infligir a todo el planeta. La noción confuciana de armonía, de competición entre iguales, les parece más juiciosa y más adecuada a la realidad del país.
- Los primeros capitalistas que respondieron a la apertura fueron los chinos de la diáspora, empezando por los de Hong Kong, que contribuyeron a la riqueza de Shenzhen.
- China ha sabido asimilar a los conquistadores extranjeros, ya sean mongoles, manchúes u occidentales, sin tomar de ellos nada más que lo indispensable.
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