La propia definición en wikipedia de la serendipia dice: Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca. En términos más generales se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente.
Debo reconocer que desde siempre me ha fascinado la serendipia. Creo sinceramente que muchas veces coinciden el propio acto de búsqueda con la casualidad y el encuentro final. No son pocas las ocasiones en las que nos encontramos ante resultados insospechados cuando estamos buscando otra cosa o simplemente cuando nuestra mente y corazón se deja fluir sin prejuicios.
Durante mi viaje vuelta al mundo pude encontrar numerosas innovaciones así, tanto en productos como en servicios y modelo de negocio. Incluso recuerdo algunos gratos encuentros gracias al estar perdido por la calle en Japón , Australia o China.
A nivel personal siempre me ha fascinado la serendipia ligada al entrar a una Biblioteca Pública ( o librería) y ver lo que la casualidad me depara. Descubrir que muchas veces son los libros quienes nos encuentran a nosotros. El azar, un color que brilla en el dorso o en su portada, el nombre de un título que te atrapa o estar en el lugar y momento adecuado. No han sido pocos los libros que me han fascinado a lo largo de mi vida y que han sido encontrados así.
Pero trasladar la serendipia y enfocarla desde un punto de vista profesional puede ser otra cosa y obviamente puede chocar con las reglas establecidas en una gran parte de las organizaciones. Debo confesar que desde siempre he creído en la serendipia ligado al mundo de la empresa e incluirla en la innovación e internacionalización. En ambos campos he visto como muchas veces la serendipia ha influido en crear proyectos de I+D, desarrollar nuevos productos o en llevarnos a exportar en un país determinado.
Pienso que obviamente hay que tener una estrategia en hechos tan fundamentales como innovar y el internacionalizarse, pero creo que hay que ser más flexibles y dejar unos necesarios espacios de libertad para que esa serendipia pueda fluir y depararnos encuentros inesperados. A nivel de Management creo que las empresas, los directivos y los técnicos en general deben jugar sus cartas en ese campo y acoplar la serendipia con planes estratégicos más flexibles. El tener un horizonte marcado debe ser complementario a que se puedan acoplar tanto búsquedas como encuentros inesperados.
Me vienen a la mente figuras como el esquema de la innovación abierta, la hibridación de la que siempre nos habla Amalio Rey, o los encuentros científicos que se basaron en la serendipia y en el no estar buscando lo que finalmente se encontró. El propio Amalio Rey cita un post sobre diferentes formas de crear serendipia y nos habla de un término curioso, el de la casualidad buscada.
En definitiva, son unas reflexiones que me han venido ayer tras un encuentro casual en una Biblioteca Pública y que se han unido a unas notas que tenía tomadas desde un lugar muy lejano 🙂 .
Hola Julen. Imagino que en la mayor parte de las empresas hay una obsesión por tener todo controlado. Creo que es compatible eso de la serendipia con el saber donde queremos ir. Seguiré filosofando de todo esto con el tiempo 🙂 .
Pues sí, ese momento en el que de repente «pasa algo» es fascinante 😉