Hace unas semanas leí un sensacional post de Juan Sobejano que llevaba por título «Patatas fritas y microinnovación» . El post de Juan nos explicaba el ejemplo empresarial de Patatas San Nicasio, un caso sencillo que nos habla de una empresa donde el producto se cuida al extremo y alrededor de esa calidad gira todo, desde la internacionalización a la propia innovación. Debo decir que ha sido uno de los mejores posts de empresa que he leído en mucho tiempo, de Patatas San Nicasio me gustaba el caso empresarial, pero también lo hizo el hecho de que fuera un ejemplo sencillo que pudiera ser entendido por todos.
A menudo se nos habla exclusivamente de casos de éxito de negocios de internet, emprendedores ensalzados como dioses que cambian el mundo en las sempiternas empresas de Apple, Twitter, Facebook o Google. Pero ese es un mundo que resulta muy alejado para la mayor parte de los mortales, incluso para aquellos que se mueven en el ambiente tecnológico de internet.
Reconozco que me gustan los casos sencillos, a lo mejor es algo que va ligado con mi propia personalidad. Han sido muchas las veces donde me he sorprendido más por casos sencillos que por los ejemplos de grandes empresas.
A veces incluso aprendí las mayores lecciones a pie de calle como aquella frutería que vendía zumos en Plovdiv(Bulgaria) o la carnicería que vendía bocatas en Kotor (Montenegro). Esas dos lecciones las recibí en un mismo viaje por Europa del Este, y me hicieron pensar mucho, quizá en que lo simple es inteligente y que debemos ver como muchas veces el valor añadido está delante de nuestras narices.
Desde hace años sigo a dos empresas agroalimentarias que están consideradas de las más innovadoras del mundo, en cualquier sector. Se trata de Chobani en yogur griego y de Chipotle en el caso de los burritos de carne, de ambos casos ya hablé antes por aquí, poniéndolas como ejemplo de artesanía como forma de crear innovación y como empresa abierta que muestra a sus productores . En ambos casos se parte de la sencillez de crear un producto de alta calidad que rompa con el rumbo que la producción industrial de alimentos iba creando en sus respectivos campos, el de los yogures y el de la comida preparada.
Quizá la frase «lo real es simple, lo real es auténtico, lo real es original» del fundador del Chobani nos sirva para entender de forma sencilla muchas cosas sobre el mundo empresarial. Creo que Patatas San Nicasio al igual que Chobani y Chipotle miman la materia prima de su negocio. Las patatas fritas, como los yogures o los burritos de carne llevan una calidad exquisita que se traslada a una forma de empresa basada en generar negocio y valor, no solamente en crear algo para venderla y especular con ello.
Por ello, cada vez más creo en casos así, productos sencillos y de calidad que tienen el talento y la valentía de romper contra lo establecido en sectores maduros. Patatas San Nicasio como Chobani y Chipotle me reconfortan con una forma de hacer empresa y de cuidar el producto para llegar a la excelencia en lo que hacen.