La semana pasada terminé de leer el libro «The end of cheap China- Economical and cultural trends that will disrupt the World» de Shaun Rein. Como bien nos dice el título, se tratan temas diversos, desde que China va dejando de ser el lugar para fabricar barato hasta un conjunto de tendencias que engloban lo cultural y económico, pero también los enormes cambios sociales que el país ha experimentado en las últimas décadas.
China afecta al mundo de forma directa e indirecta, también a nuestro futuro. Es evidente que hay ciertas personas que ven a China como una enorme amenaza, el presidente norteamericano Donald Trump o el Premio Nobel Peter Krugman son dos famosos ejemplos, pero también es evidente que para muchas otras personas, China es una gran oportunidad.
Como en tantas otras cosas de la vida, depende muchas veces desde el prisma en el que se vea. Mi mirada y experiencia me lleva a ver China como una oportunidad, siendo plenamente consciente de que ello lleva parejo una serie de realidades que hay que tener muy en cuenta y que conviene no olvidar.
A continuación dejo notas (y adaptaciones) que he tomado de algunos contenidos citados en el libro:
- El auge de la clase media en China ya repercute de forma directa sobre los sistemas de aprovisionamiento de muchos negocios y países, provocando situaciones tensas como las que se produjeron en Australia y Hong Kong debido a que los ciudadanos de China compraban la mayor parte de las leches infantiles del mercado y dejaban a las personas locales sin producto.
- Hay que ir abandonando la etiqueta de China como la de un país fabricante de bajo coste y baja calidad.
- Se está dejando de fabricar algunos productos en China y se está externalizando a otros países asiáticos, e incluso a África y América Latina, pero también se está volviendo a fabricar en países de Europa y en Estados Unidos.
- Las empresas occidentales deben repensar rápidamente su estrategia con China, como país fabricante y/o consumidor. Los cambios en China son enormes y se producen a una velocidad de vértigo.
- China no se reemplazará de forma inmediata, en algunos casos se readaptará y creará mejoras e innovación en infinidad de productos y sectores. Las buenas infraestructuras en el país y la mano de obra cualificada es una ventaja competitiva de China frente a otros países.
- China tiene muchas realidades complejas y son muy variables: sociales, geográficas, culturales, económicas y políticas. Entender esto es algo de suma importancia para cualquier tipo de estrategia empresarial.
- Las condiciones de los trabajadores chinos están mejorando poco a poco, a nivel social y también salarial, aunque todavía hay enormes problemas en áreas importantes,algunos son las diferencias sociales, el acceso a una vivienda asequible (sobre todo en las grandes ciudades) o la atención médica.
- China cuenta con un importante know-how en infinidad de sectores debido a haber estado fabricando todo tipo de productos.
- La mujer en China es la verdadera decision maker en infinidad de sectores. Comprender a la mujer china es clave para numerosas empresas occidentales.
- China está invirtiendo enormes cantidades de dinero en I+D y en capital humano. Debemos destacar las decenas de miles de estudiantes chinos en Universidades extranjeras, muchos de ellos con enorme potencial.
- Aunque hasta hace poco las marcas chinas no eran reconocibles, cada vez más se van a ver marcas globales que provienen de China, ejemplos que ya son una realidad: Huawei, Haier, Lenovo o Alibaba.
- Empresas chinas van a seguir comprando empresas occidentales, no solamente lo hacen por el producto o el mercado, también lo hacen por la marca, el know-how, los procesos y las buenas prácticas de Management.
- En China el guanxi es clave para hacer negocios y para mantener la confianza en el tiempo.
- Las grandes empresas occidentales van a tener cada vez más competidoras chinas, no solamente en precio, también en calidad.
- La seguridad alimentaria es una prioridad para el consumidor chino, el gobierno es plenamente consiciente de ello y está trabajando en asegurar la mayor calidad posible de los alimentos, tanto de los producidos en el país como de los importados.
- El consumo de carne en China va a seguir aumentando a medida que más millones de personas se suman a la clase media.
- Los graves problemas de corrupción es una realidad de los que la ciudadanía es muy consciente, también el Partido.
- Muchos negocios en Occidente se están adaptando (o deben adaptarse rápidamente) al consumidor chino. Empresas de lujo en sectores como la ropa, la cosmética o los perfumes, tienen ya en los consumidores chinos a sus principales clientes. Dichas tiendas y también muchos hoteles, ya empiezan a tener personal que hable mandarín para atender a sus clientes chinos.
Por algunos de los puntos citados anteriormente y por muchos más, China es ya un actor clave del siglo XXI. Entender a China y saber interpretar la nueva realidad del mundo es algo que será básico y fundamental para infinidad de negocios y personas.