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Hace ya un par de años de aquella noticia que hablaba del tren que conectaba la desconocida ciudad china de Yiwu con Madrid. Un trayecto de 13.000 kilómetros que se convertía en la mayor línea férrea del mundo. Un tren que conectaba el lejano Oriente y la vieja Europa, atravesando parte de China, Kazajastán, la inmensidad de Rusia, Bielorrusia, Polonia,Alemania y Francia antes de llegar a la capital de España.
Posteriormente hemos ido sabiendo de otras rutas, como la que conecta la ciudad alemana de Hamburgo con Wuhan, una de las grandes megalópolis del centro de China. En ambas rutas se atraviesa Kazajastán y Rusia, y en una de ellas también pasa por Mongolia, a lomos del legendario Transmongoliano.
El transporte de contenedores por las citadas líneas de tren ahorra tiempo con respecto al transporte marítimo que va por el Canal de Suez, aunque obviamente resulta algo más costoso (entre un 20-30%) y cuenta con la problemática de la menor frecuencia del tren con respecto a las rutas marítimas.
Todo ello forma parte del ambicioso proyecto chino «One Belt, One Road», una iniciativa comercial, política y estratégica que trata de hacer resurgir aquella legendaria Ruta de la Seda que durante siglos puso en contacto China con Europa, intercambiando productos e ideas
El proyecto se subdivide en una parte terrestre por Asia Central y en una parte marítima, la finalidad de ambas rutas es conectar China y Europa, pero también los territorios entre ambos puntos, es decir , Asia Central, el Sudeste de Asia y Oriente Medio.
Parece no solamente el posible renacimiento de la Ruta de la Seda, también es el retorno de Eurasia, el gran tablero de ajedrez de la geopolítica mundial, algo que ha vuelto a entrar en escena con el auge de China como potencia económica y también militar. Fue Mackinder quien comentó aquello de que “El Heartland o Área pivote se encuentra en el centro de la Isla-Mundial, se extiende desde el río Volga hasta el Yangtze y desde el Himalaya hasta el Océano Ártico”.
En la zona se concentra el 70% de la población mundial, y están el 75% de las reservas energéticas, principalmente de petróleo y gas.
El proyecto de China tiene algunas realidades e incógnitas que desglosaré brevemente a continuación:
- Implicación del gobierno chino que lo ha convertido como tantas otras cosas en una prioridad política, estratégica y económica de Estado. Inversiones superiores a los 40.000 millones de euros que povienen del Banco Popular de China.
- Búsqueda de rutas alternativas al dominio norteamericano en los mares del Pacífico, incluyendo el cerrojo que supone el Estrecho de Malaca y que en caso de conflicto afectaríaa drásticamente a China y al acopio de materias primas básicas, las cuales en su mayor parte se importan y exportan por vía marítima.
- Desarrollo de infraestructuras en los países involucrados, tanto en vías férreas y trenes de alta velocidad como en puertos marítimos estratégicos como es el caso de Gwadar en Pakistán o Yibuti en África.
- Inestabilidad política en muchos países, sobre todo en Oriente Medio y en Asia Central.
- Complejidad en las Repúblicas Centroasiáticas de los tanes, países que se encuentran a medio camino entre su pasado soviético y los intereses con Pekín o Washington.
- Intereses energéticos en gaseoductos y oleoductos que son claves para China y para las otras grandes potencias.
- El peligro del extremismo religioso musulmán.
Continuará…