Corría el año 1987 cuando U2 publicaba el album The Joshua Tree , aquello fue un éxito sin precedentes a nivel global. Fueron algunas de las canciones de dicho disco las que les catapultarían al olimpo de las grandes bandas del planeta. Por aquel tiempo yo solamente tenía nueve años y gracias a mi primo Juan Luis y a mi tío Manuel descubrí mucha música. Aquellos grupos de los ochenta formarían parte de mi primera banda sonora y serían parte fundamental de las próximas décadas de mi vida.
Ir a las tiendas de discos Discoteca o Liverpool en mi Oviedo natal eran parte de las actividades habituales en las visitas al centro de la ciudad. Ver caratulas de discos, escuchar música con los cascos y ver las novedades que acababan de salir se juntaba al privilegio de ver como mi tío nos traía cada mes nuevos discos. La casa de mi abuela paterna se convertía en un pequeño paraíso cultural donde sonaba mucha música y donde también había muchos libros.
Treinta y dos años más tarde he visto a U2 de nuevo, esta vez en Singapur y en una gira que rinde tributo a aquel mítico The Joshua Tree. Atrás quedan muchos otros conciertos viendo a la banda irlandesa, el primero fue en 1993 con quince años y en Oviedo, los siguientes fueron en Madrid y Barcelona.
U2 forma con Bruce Springsteen y The Rolling Stones parte del elenco de noches memorables de mi vida, son mi particular encuentro con algunas de las vacas sagradas del rock and roll.
Esta semana he terminado también de leer el interesante libro Rockonomics de Anal B Krueger. El subtítulo del libro es muy orientativo: A Backstage Tour of What the Music Industry Can Teach us About Economics and Life.
El libro nos da muchas pistas para entender algunos de los impactos que la música y la tecnología han tenido en nuestras vidas. Aparecen menciones especiales a la necesidad imperiosa que hoy en día tienen los grupos de salir a la carretera y tocar en directo, pues la venta de discos es parte minoritaria del negocio de la música. Cuando empezó Internet y apareció Napster se produjo una verdadera revolución en la manera de consumir música. La tecnología digital fue (y es) un medio disruptivo y hechos habituales de mi infancia como las visitas a aquellas tiendas de discos han desparecido.
Aunque discográficas como Warner Music, Universal Music y Sony Music siguen siendo muy poderosas, ya no cuentan con la estructura que tenían hace décadas. Hoy en día es muy evidente que la música se consume más en soporte digital que en soportes físicos como los vinilos, los CD´s o las recordadas casettes. El streaming de plataformas como Spotify, Amazon Music o Apple Music es también parte fundamental de las nuevas formas de consumir música, como también lo es Youtube.
El libro también habla mucho de los conciertos, y del papel de las plataformas de venta de entradas como Ticketmaster y Live Nation y nos explica como en muchos casos hay un mundo oscuro y paralelo lleno de especulación alrededor de los grandes eventos musicales.
En definitiva, un libro y una temática fascinante alrededor de la música, algo que desde luego es una de las esencias de nuestra vida y de la cultura popular.
Hola José María. Sí, leí sobre tu faceta de melómano, pero no sabía que habías estado haciendo bolos por Navarra y alrededores. La verdad es que la música forma parte fundamental de nuestras vidas. Yo disfruto mucho en los conciertos, aunque también me gusta estar relajado en casa con buena música. El libro es muy interesante, me gustó mucho, ayuda a entender tanto los cambios que han ocurrido debido a la tecnología, pero también la industria maneja los hilos y el negocio que hay detrás de la música. Un abrazo y buenas canciones 🙂
Pues fíjate, querido Iván, que mi perfil de Twitter empieza diciendo «ADN melómano»… :-).
La música empezó a formar parte esencial de mi vida incluso antes de cumplir mi primera decena de años, con mis primeras clases de solfeo y guitarra, y ahora suelo decir que «de pequeño quería ser biólogo y tocar la batería» y que «conseguí ambas cosas, por lo que, entre otras varias, me siento muy afortunado». De hecho, cuando U2 publicó The Josua Tree yo ya era un recién licenciado en Biología y ya había pasado mi adolescencia en un grupo de música de bailes y verbenas, recorriendo los pueblos de Navarra y provincias limítrofes ;-).
Tomo nota de este libro que recomiendas. Será interesante sumergirse en el backstage de los grandes conciertos. ¡Gracias por ello!