Leer es una de las primeras cosas que recuerdo en mi vida. Tuve la suerte de que mis padres me llevaron de muy pequeño a una de aquellas maestras entrañables que nos cuidaba y nos enseñaba muy pronto a leer. Fue allí donde aprendí a leer, en una pequeña y humilde guardería muy cerca de mi casa en mi Oviedo natal. Recuerdo que cuando con cinco años entré en párvulos de mi querido Colegio Calasanz Loyola ya leía con fluidez.
La lectura ha estado por tanto ligada a lo que soy y ha ido por ciclos vitales dependiendo de la edad y de lo que iba leyendo: desde la colección barco de vapor a los libros de aquella legendaria Colección Elige tu propia aventura, de Los Cinco a Los Hollister, de los clásicos de aventuras de Verne o Stevenson a Vázquez-Figueroa, de Dumas a Pérez-Reverte, de Leguineche a Kapucinski y así un largo etc de libros, temáticas y autores que llegan hasta la actualidad.
Hace ya bastantes años que me propuse intentar leer un libro a la semana, era algo que no tenía ni tiene ninguna intención numérica, era simplemente un acto simbólico y de disciplina lectora que me marcaba un reto para confirmar que aprovecharía el tiempo leyendo durante el transcurso de doce meses.
Siempre me he sentido bien entre libros, bien sea en una librería de viejo, en una biblioteca pública o entre las estanterías ordenadas de una librería cualquiera, es en definitiva un entorno donde encajo y me veo en paz y calma.
¿Por qué leo? ¿Qué me da la lectura? ¿De dónde saco tiempo? A continuación comento unas realidades y hábitos que me llevan a leer:
- Leer por diversión y placer: Lo primero es que obviamente leer me gusta mucho, disfruto enormemente, me relaja y me da placer, me ayuda a conocer y a aprender, también a conectar ideas, realidades, sueños, proyectos y conocimientos.
- Leer al no ver televisión: Puede parecer una obviedad, pero desde hace muchos años no veo la tele, incluso he estado años sin televisor en casa. Uso la televisión solamente para ver películas, series o documentales en Netflix, Filmin, La 2 o Youtube.
- Leer en el transporte público: Durante los últimos años no tengo coche, voy y vengo a trabajar en transporte público de forma diaria, por lo que la mayor parte del tiempo suelo estar leyendo.
- Leer durante los viajes: Suelo viajar con regularidad, tanto por placer como por trabajo, y los libros se convierten en compañeros inseparables durante mis viajes. Suelo llevar varios libros cuando viajo, tanto en papel como en el Kindle.
- Leer al finalizar el día: No es algo que haga a diario, pero al menos dos o tres días a la semana me gusta leer unos 10 o 15 minutos antes de acostarme.
- Leer mucho algunos fines de semana: Normalmente, después de un largo viaje de trabajo o de placer me gusta pasar un fin de semana de descanso y relax, ese par de días suelo leer intensamente.
- Leer en vacaciones: Tanto cuando viajo con mi mochila como cuando estoy descansado o en familia, suelo dedicar al menos una hora o dos del día a leer.
Hola Julen. Lo tengo en la lista de borradores 😉 Normalmente, creo que al final del año leo la mitad de libros en cada soporte, cada uno tiene sus cosas buenas. Personalmente creo que lo importante es la lectura, independientemente del soporte. Pese al kindle, doy mucha importancia a la serendipia y a perderme en librerías y en las bibliotecas. Aquí en Singapur hay mucha calidad en la extraordinaria red de bibliotecas públicas, me permite llegar a unos libros y temáticas que es más complejo encontrar en el Sur de Islandia, sobre todo en temas asiáticos y libros en inglés no traducidos.
Otro día tienes que escribir sobre la lectura en Kindle y la lectura en papel… ¿por qué un soporte?, ¿por qué otro? 😉