La incorporación de millones de personas chinas a la clase media está provocando un tremendo impacto en la economía global, con las implicaciones que eso conlleva en infinidad de sectores. Hace unos meses ya hablé de ello en aquel libro de Helen Wang sobre el Chinese Dream. Una nueva clase media emergente china ávida de productos, servicios y estilos de vida, algo que conlleva enormes consecuencias en el consumo, en la demanda de materias primas o en el medio ambiente.
Lo que ocurre en el gigante asiático es desde luego una gran oportunidad para muchas empresas, aunque desde luego también tiene muchos interrogantes. Leer la realidad cambiante de China es de una complejidad máxima y es algo que siempre navega en aguas turbulentas. En los últimos tiempos hemos visto como son muchas las empresas occidentales que han decidido regresar de la aventura en el antiguo imperio del centro, un ejemplo de ello son las Cooperativas vascas Fagor Industrial y Orbea.
Las tendencias que ocurren en otras partes del mundo en algunos casos son permeables y extrapolables al gigante asiático, en otros quizá el impacto es menor o inexistente, debido a las tremendas peculiaridades del país.
Parece claro que hay una China en la que entran ciudades de primera como pueden ser Shanghai, Beijing, Hangzhou, Suzhou o Guangzhou , lugares con una alta capacidad comercial, con una empleabilidad alta, con poder adquisitivo , con una sociedad cada vez más formada y abierta al mundo. Esa es obviamente la China próspera de la costa , pero también hay una China del interior donde las cosas van a otro ritmo. Todo ello conforma un galimatias interesante que hace que muchas veces sea muy complicado encuadrar a China como un todo uniforme.
Más allá de los tópicos y de la ralentización de la economía china durante los pasados meses conviene recordar otras cosas, como los enormes problemas de seguridad alimentaria que tiene el país, o la polución extrema que está ocasionando un auténtico drama humano con consecuencias impredecibles.
Cada año el país va sufriendo cambios espectaculares, algo que se nota mucho más que en cualquier otra parte del mundo. Las tendencias, los cambios y lo que ocurre en China es algo que desde luego ayuda a entender las transformaciones del país, pero también nos permite ver algunas de las oportunidades que todavía pueden existir en el gigante asiático.
Acabo de leer un report muy interesante en Mintel sobre las tendencias de consumo en China para el año 2016. Aquí os dejo alguno de las tendencias:
El impacto de la tecnología:
- Masivo uso de internet y dispositivos móviles para realizar compras on line.
- Auge de infinidad de servicios y negocios online que den un servicio door to door.
- Productos y servicios Live-Streaming que permitan a los consumidores ser tanto creadores como espectadores.
El impacto de las mujeres:
- Las mujeres chinas cuentan cada vez con un mayor nivel de educación y de independencia económica.
- Auge de productos y servicios focalizados exclusivamente en mujeres, el imparable auge de la demoninada she-economy.
- Alto % de mujeres chinas con intereses por viajar, por actividades al aire libre y por la actividad deportiva.
Mayor conciencia por lo saludable:
- Demanda de productos alimentariuos de alta calidad: auge de los productos ecológicos.
- Exigencia de alimentos con un alto estándar de seguridad alimentaria.
- Demanda de productos naturales sin aditivos.