He terminado de leer el interesante libro Gigged: The Gig Economy, the End of the Job and the Future of Work de Sarah Kessler. Durante los últimos años, hemos visto como la tecnología ha propiciado la aparición de nuevas profesiones, pero también la desaparición de muchos empleos, sobre todo industriales y aquellos que se pueden automatizar. Además, han aparecido empresas que a través de apps ofrecen una serie de servicios, y es ahí donde entra una buena parte del libro, en los casos y las condiciones laborales y sociales de las personas de empresas como las que te recogen en un coche de Uber.
Trabajar por proyectos, con flexibilidad y libertad han sido algunos de los mensajes bonitos que se han estado vendiendo para proyectar la bondad de esta nueva forma de trabajar, ocultando con ello que una mayor parte de la gente que trabaja para dichas empresas vive en precariedad y con unas condiciones que no son lo que pregonan las start-ups de Silicon Valley que crean dichas aplicaciones.
El que estamos ante un cambio de era en lo que respecta al trabajo es evidente, ya apenas hay gente que visualiza empleos de por vida en la misma organización. A pesar de las ventajas de la tecnología, hay una parte importante de población que siente que su empleo está en riesgo, y que el aumento de la precariedad y la inestabilidad laboral van asociadas con el futuro que viene.
Como bien dice el post de the future of work: El desajuste entre las capacidades de los trabajadores y lo que demanda el mercado es un problema no solo para las empresas y las personas afectadas sino también para la sociedad en su conjunto.
El libro nos comenta como se reducen o pierden muchos de los empleos de la clase media en Estados Unidos y con ello se tambalea el núcleo clave de su sociedad. En el país norteamericano, todavía es mucho más acusada la sensación de desamparo al carecer de servicios de seguridad social como los que tenemos en Europa Occidental. Perder un trabajo y el seguro médico se convierte en un drama para millones de ciudadanos estadounidenses. Una sociedad la norteamericana, en la que a pesar de ser la primera potencia del mundo, hay un 47% de su población que con sus ahorros no podría pagar gastos imprevistos de 400 dólares.
El modelo Uber se comenta a lo largo del libro como Uberización del trabajo, como la empresa símbolo de la transformación que la tecnología hace entre los empleados que ofrecen sus coches y su tiempo a la empresa que dispone de la app. Dicha Uberización del trabajo también puede ser extrapolable a las condiciones de empresas como Deliveroo y otras muchas organizaciones que ofrecen diversos tipos de servicios como el de limpieza o el de lavandería.
El aumento de freelances en Estados Unidos y Europa es una contrapartida a la reducción del trabajo como se conocía hasta ahora. No obstante, según el JP Morgan Chase Institute, más de la mitad de la gente que se une a trabajar en la gig economy abandona tras el primer año, unas cifras bastante dramáticas de insatisfación laboral.
Si bien es cierto que hay trabajadores con habilidades y alta cualificación que pueden ganar más dinero programando o haciendo diseño gráfico, también es cierto que una gran mayoría de gente ha sufrido una perdida en sus condiciones laborales y sociales. Los Millenials demandan cada vez más flexibilidad y un equilibrio entre trabajo y vida personal, pero el empleo está alterando el mundo en que vivimos, dejando en la cuneta a mucha gente.
En el caso de Uber, se comenta como los sueldos son muchas veces el salario mínimo profesional, pues hay que descontar el coste de la gasolina, y de todo lo que lleva asociado un coche, desde su propio coste, al seguro o su mantenimiento. También se destaca la ausencia de la capacidad de asociarse colectivamente en sindicatos, pues los trabajadores que ofrecen el servicio no son empleados, son freelances que poco o nada saben de otras personas que trabajan ofreciendo el mismo servicio en otras ciudades o países.
Según Bloomberg y al respecto de Uber y otras empresas similares: Their model will be destroyed if they have to move contractors to employees. Es decir, parece que una buena parte de su modelo no es sostenible económicamente ni viable si fueran empleados y tuvieran las condiciones laborales y sociales óptimas. Sin duda todo esto da para reflexionar y tener miradas críticas sobre ciertos modelos…