Hace unos días que acabo de regresar de Malasia e Indonesia, donde he estado trabajando tres semanas, viendo clientes, realizando visitas comerciales y asistiendo a la feria Food Ingredients Asia en Jakarta. En ambos países la influencia de descendientes chinos se hace evidente, tanto culturalmente como a nivel empresarial. China está muy presente en el Sudeste Asiático y es algo que va mucho más allá de la emergencia del gigante asiático durante las últimas décadas.
Cuando trabajas y haces negocios en el Sudeste Asiático puedes sentir de primera mano la influencia china, es algo que se palpa en el ambiente y que viene desde hace muchas generaciones.
En pleno siglo XXI, todavía se sienten los vestigios del pasado emigrante, comercial y emprendedor chino, es algo que aprecias de primera mano cuando visitas muchas empresas y hablas con decenas de profesionales del Sudeste Asiático.
Cuando haces negocios allí, ves como son muchos los empresarios de etnia y orígenes chinos que han creado empresas, tanto grandes holdings líderes como pequeñas y medianas empresas. También hay un número muy importante de profesionales en empresas comerciales y técnicas que son descendientes de aquellos chinos que llegaron a los principales puertos del Sudeste Asiático.
Cuando estás en capitales como Kuala Lumpur, Manila, Bangkok o Jakarta descubres que una parte importante de la economía proviene de personas locales cuyos abuelos o bisabuelos vinieron desde lugares deChina como Cantón, Hunan o Yunnan, y eso quieras o no ayuda a entender muchas cosas.
Ahora mismo, precisamente estoy leyendo con mucho interés el libro «Made in China. Qué podemos aprender de los empresarios chinos». El libro merece una reseña propia, está escrito en 2006 y desde entonces han pasado infinidad de cosas, tanto en China como en el mundo, pero sin duda tiene rasgos que nos ayudan a aprender sobre una zona del mundo tan fascinante como compleja.