Hoy me he despertado con dos escándalos de seguridad alimentaria en China. La primera noticia hace referencia a la incautación de carne congelada desde hace décadas y la segunda es sobre como China exige a tres empresas retirar leche infantil del mercado. Las noticias vienen a poner de nuevo en jaque a la seguridad alimentaria, al sector cárnico y lácteo de China y a la compleja situación con sus leches infantiles, un jugoso mercado en el que están ocurriendo muchas cosas, tanto para las empresas chinas como para numerosas empresas internacionales.
Hace años, aconteció un punto de inflexión muy sonado con el caso de la melamina en las leches infantiles en China. Aquello fue un escándalo mayúsculo con repercusión mundial, una desgracia que provocó la muerte de varios niños y que puso en jaque a todo el sector agroalimentario chino. El problema de la melamina sigue muy presente en China, y debido a ello el gobierno del gigante asiático tomó cartas en el asunto para intentar poner freno a un hecho que puso en tela de juicio a todo un país.
Aquel hecho hizo que las regulaciones y los controles de seguridad alimentaria del gobierno chino fueran en aumento, y vino a destapar la desconfianza de la población hacia sus propias empresas, lo que provocó un aumento espectacular de la demanda y del precio de las leches infantiles extranjeras.
La demanda y la oferta se encontraron en el mercado provocando que las leches infantiles internacionales en China tengan un precio que dobla y triplica el precio del mismo producto en Europa, Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda.
Con el paso de los años, el sector lácteo chino ha ido viviendo una reestructuración muy importante, creando grandes grupos lácteos chinos que fueron haciendo joint-ventures con grupos lácteos globales. Hace unos meses ya escribí por aquí un par de post al respecto, sobre el enorme impacto que China estaba provocando en el sector lácteo mundial , los escándalos de seguridad alimentaria y las implicaciones de los alimentos en la geoestrategia de China como país.
Parece muy claro y evidente los enormes cambios que traen consigo la incorporación de decenas de millones de personas a la clase media. En China , como siempre el impacto es brutal debido a las propias dimensiones del país en población, en desarrollo acelerado y en el cambio de unos hábitos de consumo que demandan más productos lácteos y más carne. El aumento de la demanda de productos cárnicos tiene una implicación clara, y es la necesidad de productos para la alimentación animal, siendo la soja, la alfalfa, y el maíz algunos de los productos claves para la propia alimentación de dichos animales.
He terminado de leer el completo report sobre China en el que se centran en el sector lácteo, el sector porcino, el sector avícola y el de la demanda de cereales y alimentación animal. La actualidad de dichos cambios a veces pasa desapercibida en nuestro día a día, pero uno empieza a verlo sobre el terreno cada vez que viaja a China y al resto de Asia. Algo está cambiando muy rápido y tiene implicaciones tremendas, con un enorme impacto social, económico y también ambiental, en la propia China, pero también en infinidad de países de todos los continentes.
En los últimos meses he podido leer en prensa general noticias como las siguientes: «Alfalfa aragonesa para el ganado chino«, «Estraperlo chino en hong Kong» , «El 80% de las exportaciones alimentarias españolas a China son de carne, cerdo, vino y aceite de oliva», «Cambiará China la demanda mundial de alimentos», «Cofco, un gigante chino a la conquista del mercado» , «El presidente español Rajoy firma un protocolo de exportación de alfalfa a China».y así un largo etc de noticias relacionadas con China y el sector agroalimentario.
Ahora mismo estoy empezando a leer un completo y detallado informe que lleva por título «Food 2040: The future of food and Agriculture in east Asia». En el citado estudio se detallan las implicaciones, oportunidades, tendencias y situaciones que provocará el cambio socio-económico del auge de China y los países del Sudeste de Asia.
Parece claro y evidente que el enorme desarrollo que China tiene unas implicaciones brutales en la demanda de alimentos y todo ello va a ser un hecho clave durante los próximos años y décadas.
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