Hace unos días se cumplió una década desde que tuvo lugar uno de los mayores escándalos de seguridad alimentaria que se recuerdan: en China, leches infantiles estaban contaminadas con un compuesto químico llamado melamina. Fue una tragedia que puso de manifiesto tanto la falta de escrúpulos de algunos empresarios como las carencias en muchos procesos, tanto en el control de materias primas, como en la cadena de suministro o en la fabricación. Lo peor de todo fue sin duda que seis niños fallecieron, y muchos miles tuvieron que ser hospitalizados.
Aquel hecho supuso un punto y aparte y tuvo un impacto enorme, tanto en China como globalmente. Además de las miles de familias afectadas, las consecuencias fueron dramáticas, no solamente para las propias empresas implicadas, también para toda la industria láctea (y agroalimentaria) china que por aquel entonces estaba en ebullición y que veía un enorme potencial de crecimiento.
Tras aquel hecho, y la evidente desconfianza generalizada de los consumidores chinos, muchas empresas lácteas occidentales hicieron (y hacen) el agosto en China, copando una jugosa parte del mercado de las leches infantiles.
El escándalo de la melamina también sacaba a la luz las carencias en seguridad alimentaria del país asiático e hizo que una gran parte de la población china desconfiara de sus propias empresas, tanto de las lácteas como de muchas agroalimentarias. Todavía hoy, cuando ya han pasado diez años, no es raro leer artículos que hacen referencia a aquel suceso, y no son pocas las conversaciones entre profesionales que sacan a la luz aquel trágico momento.
Tras una década, me gustaría señalar algunos puntos importantes al respecto y ver cómo el sector lácteo chino se ha ido transformando :
- La Seguridad Alimentaria como prioridad nacional: el Gobierno chino es consciente de ello y sabe que es una de las grandes preocupaciones de la población, millones de personas todavía tienen en su subconsciente aquel escándalo y muchos otros como los de la carne o las vacunas.
- Concentración de empresas: En China, cada vez hay menos empresas lácteas pequeñas y el peso del mercado está entre grandes empresas chinas como Yili, Mengniu, Bright Dairy, Biostime, Yashili, Beingmate, Synutra o Feihe.
- Adquisiciones en el exterior: La mayor parte de las empresas lácteas chinas se están expandiendo globalmente. Ya he hablado de ello en anteriores posts. Es habitual la presencia de empresas lácteas chinas en lugares productores como Australia , Nueva Zelanda y Europa. Muchas empresas líderes chinas tienen la necesidad imperiosa de fabricar y declarar que su materia prima proviene del exterior, sobre todo en el caso de sus leches infantiles. En China es normal encontrarte las leches infantiles de las empresas locales con la bandera de donde ha sido fabricada, destacando países con larga tradición láctea como Francia, Holanda, Irlanda, Nueva Zelanda o Australia.
- Marcas globales y expansión en el Sudeste de Asia: Las dos mayores empresas lácteas chinas son Yili y Mengniu, y no nos debemos olvidar que ambas están en el top 10 lácteo global, al lado de gigantes empresariales como Nestle, Danone, Friesland Campina, Fonterra o Arla Foods. Tanto Yili como Mengniu han sido incluso patrocinadoras de eventos mundiales de renombre como fueron los Juegos Olímpicos de Pekín o el mundial de fútbol de Rusia. Su nueva estrategia es expandirse en su mercado cercano y natural, el Sudeste de Asia. Tailandia en el caso de Yili e Indonesia en el caso de Mengniu, dos mercados estratégicos y con alto potencial que han sido elegidos durante los pasados meses.
- Diversificación: Algunas empresas se han expandido mucho más allá del sector lácteo, especialmente Bright Dairy o Biostime. Bright dairy está dentro del holding de Bright Food y toca infinidad de áreas de negocio, en el caso de Biostime, la adquisición de la empresa de suplementos alimenticios australiana Swisse fue uno movimiento estratégico de primera magnitud y supuso un desembolso total de casi 1 billón de euros.
- Know-how externo: Además de sus extensos equipos de I+D+i, las empresas lácteas chinas están adquiriendo conocimiento globalmente. La empresa Yili ha abierto hace meses su primer Centro Tecnológico en Europa, concretamente en Holanda, en la prestigiosa Universidad de Wageningen.
En definitiva, un post que me sirve para recordar aquel trágico suceso de la melamina.