Durante las pasadas semanas he leído dos interesantes libros sobre mercados emergentes: The Silk Road Rediscovered e India´s Global Powerhouses. Ambos nos ayudan a entender algunas de las realidades empresariales de India y también nos explican cómo se han llevado a cabo ciertas transformaciones durante las pasadas décadas.
En sendos libros se habla de una buena cantidad de empresas de India, algunas son de sobra conocidas en Occidente, otras en cambio lo son menos y apenas son reconocidas, aunque lideran sus sectores a nivel regional o están entre la élite global.
Las adquisiciones de empresas occidentales por parte de grupos chinos suelen tener mayor repercusión en los medios y son más habituales que las que realizan los grupos indios, aunque en la retina de muchos todavía está aquella noticia de la compra de Jaguar y Land Rover por parte del Grupo Tata.
El libro India´s Global Powerhouses se puede leer como una serie de casos empresariales, donde se abordan temas variados que van desde el Management a la internacionalización o desde la innovación a la gestión del talento. Empresas que aparecen en el libro son Tata, Mahindra, Hindalco, Arcelor Mittal, Infosys, Suzlon, Aditya Group, Godrej, Bharat Forje, Essel Propack o United Breweries.
La semana pasada estuve trabajando precisamente en India, concretamente en Mumbai, la capital económica del país. Lo primero que uno puede sentir al llegar a India es el caos, el ruido o las sensaciones extremas provocadas por los enormes contrastes sociales.
Al final, cualquier definición se queda corta para referirse a la India y a las emociones intensas que se sienten allí y que son evidentes tanto en un viaje de trabajo como si se hace por turismo.
Mi primera vez en India fue allá por el año 2009 durante mi viaje vuelta al mundo, y de aquellos meses con la mochila al hombro por el subcontinente me quedaron muchas cosas. Durante la pasada década he estado unas cuatro veces en el país y desde entonces sigo de cerca y con interés algunos de los cambios que ocurren allí, tanto a nivel empresarial como en desarrollo social o en el crecimiento de su clase media.
Creo que la India es un país fascinante y con gente de mucho talento, un país que a pesar de sus muchos problemas sociales mira con optimismo el futuro. Hay algo que no debemos olvidar, India va a ser joven durante todo el siglo XXI, una realidad que contrasta de lleno con el envejecimiento de otras potencias asiáticas como Japón y China.