En el año 1979, hace ya cuarenta años, tenía lugar el inicio de una de las transformaciones más importantes de la edad moderna: el resurgir de China. Allí, en el sur del país, empezaba el pistoletazo de salida a su crecimiento económico tras dos siglos aletargados y de declive. El país que inventó la pólvora y el papel empezaba su nuevo desarrollo en un pequeño pueblo de pescadores que por aquel entonces tenía poco más de 30.000 habitantes, Shenzhen.
En aquellos tiempos, Deng Xiaoping lideraba China, aquel dirigente visualizaba el cambio que China necesitaba, algo que dejó inmortalizado en aquel dicho: da igual si el gato es blanco o negro mientras cace ratones.
Shenzhen se convirtió en el lugar adecuado para experimentar, allí se vería si aquella potencial apertura económica podía aplicarse en otros lugares del país, y la cosa funcionó. Shenzhen fue la primera zona económica especial de China, un enclave estratégico que se aprovechaba de su posición cercana a Hong Kong, que por aquel entonces todavía era colonia británica y que representaba como nadie el comercio entre Oriente y Occidente.
Hoy, en pleno siglo XXI, Shenzhen es una ciudad que sobrepasa los doce millones de habitantes (algunos dicen que casi llega a los veinte con su población flotante) es decir, una megalópolis asiática mayor que ciudades occidentales como Nueva York, Londres y París.
Más allá del crecimiento económico y de la transformación espectacular como lugar, Shenzhen se ha posicionado como el lugar que abandera la innovación tecnológica en China, un ecosistema especial que rivaliza ya con la meca de la innovación tecnológica global: Silicon Valley en Estados Unidos.
A Shenzhen empiezan a llegar emprendedores occidentales en busca de ideas, algo impensable hace años, también acuden miles de ciudadanos chinos que intentan crear su propia empresa o que van a trabajar a algunas de las innumerables empresas de tecnología que habitan en la ciudad. Shenzhen es hoy la sede central de algunas de las empresas tecnológicas chinas más conocidas globalmente: Huawei, Tencent, BYD o DJI. Empresas que poco a poco se han ido expandiendo y que empiezan a ser un referente en sus sectores.
Hace unos meses leí el interesante libro Shenzhen Superstars, un libro corto que ayuda a entender la innovación y el ecosistema que se ha ido creando en la ciudad. A modo de resumen citaré algunos de los puntos más destacados:
- Crecimiento económico: El haber sido la primera zona económica especial le ha ayudado a ser la segunda bolsa de China, el cuarto aeropuerto del país, la cuarta ciudad económica del país y a tener un PIB similar al de países de la OECD. Cuenta con la experiencia de haber sido un laboratorio de la nueva China ya que allí empezó la transformación del país. La ciudad construye más rascacielos al año que Estados Unidos y Australia juntos.
- Situación geográfica privilegiada: Al lado de Hong Kong y de Guangzhou, es una de las zonas con mayor actividad comercial del mundo, siendo su puerto uno de los que mayor tráfico de contenedores tiene.
- Hardware: En la ciudad y alrededores tiene (y tuvo lugar) la mayor concentración de fabricación y supplý chain de hardware del mundo. Ello ha favorecido que se desarrolle una enorme cantidad de talento y de conocimiento alrededor de numerosos campos tecnológicos. En la ciudad hay accesible una gran cantidad de materiales tecnológicos, por lo que es fácil acceder a ellos y experimentar o hacer prototipados.
- I+D: Shenzhen tiene el mayor gasto en I+D de cualquier ciudad de China y con un 4% del PIB de la ciudad, es igual al de los países que más gastan en I+D del mundo: Corea del Sur e Israel. Las empresas tecnológicas de Shenzhen son la punta de lanza de China en innovación tecnológica, y lo son en diversos sectores, incluyendo la biotecnología, la electrónica, la energía o las nuevas tecnologías. El mayor número de patentes de China se produce en Shenzhen.
- Talento y capital humano: El 20% de los PhD de China viven en Shenzhen y la ciudad tiene el mayor % del país de personas emprendedoras que aspiran/quieren montar su propia empresa.
- Empresas tecnológicas de referencia: Huawei en electrónica de consumo, Tencent en internet con su famoso Wechat, BYD en coches eléctricos o DJI en drones, son cuatro de los colosos empresariales que tienen su sede central en la ciudad.
Durante los próximos años veremos cada vez más una rivalidad pujante entre Shenzhen y Silicon Valley.